jueves, 6 de agosto de 2009

Espeleo Rescate S. Agustin, Oaxaca 1980

ACCIDENTE EN EL SÓTANO DE SAN AGUSTÍN, OAXACA, MÉXICO.
Febrero de 1980.
Por: José MONTIEL CASTRO. - ASOCIACIÓN BASE DRACO.





El sótano de San Agustín, se encuentra enclavado en el macizo de la sierra mazateca, en el estado de Oaxaca, a unos 25 minutos del poblado de San Agustín de Zaragoza, a 8 Km. al suroeste de Huautla de Jiménez, Oaxaca.

Ésta área es muy extensa y con una gran cantidad de cavidades subterráneas y presenta un lugar de suma importancia e interés, tanto nacional como internacional.

Las características de ésta región, dieron motivos suficientes a la formación de la expedición espeleológica de Polonia y de enfocar sus esfuerzos a la exploración y estudio de la zona. Dicha expedición, al mando del Ing. Lic. Maciej Kuczynski, se encontraban en Oaxaca en el mes de febrero de 1980.

El 16 de febrero, una parte del grupo de polacos, que se encontraban en el interior del sótano de San Agustín. Al estar escalando en el final del pasaje denominado “ruta 68”, Jerzy Musiel sufrió una caída de aproximadamente 8 m, al romperse un apoyo, resultando con fractura de la pierna derecha; Josef Cuber al ver la caída de su compañero, acudió en su auxilio, pero la cuerda por donde descendía, se rompió y éste se precipitó desde una altura de unos 20 metros, sufriendo una lesión en la columna vertebral y golpes en el cuerpo. Sus compañeros, inmovilizaron a Josef y entablillaron a Jerzy, para posteriormente salir hasta el campamento base, en la superficie, en donde notificaron a sus demás compañeros.

El domingo 17, dos espeleólogos polacos, informaron a sus compañeros (dos de ellos, mexicanos invitados por los polacos) de lo ocurrido en el interior del sótano, trasladándose a la población de Huautla, en donde por vía telefónica, se informó a distintos organismos de espeleología de la ciudad de México.

En la ciudad de México, los espeleólogos mexicanos optaron por tomar como centro de operaciones, el local de la Cruz Roja de Naucalpan.

Serían las dos de la mañana del lunes 18 de febrero, cuando Gerardo Ensuastegui (socio de la AME), se presentó en mi domicilio y me informó del accidente ocurrido y que saldría un avión de PEMEX con destino a la Cd. de Tehuacan, Puebla. Nos despedimos, quedando de acuerdo en reunirnos tres horas más tarde en los hangares de PEMEX.

A mi llegada a los hangares, me enteré de que nadie sabía a ciencia cierta, que es lo que ocurría y que el representante de la embajada de Polonia en México, depositaba su confianza, en todos y cada uno de los que llegábamos a los hangares.

El avión transportó el equipo, el personal de la Cruz Roja, a un elemento del grupo de la UNAM y a dos de la AME. (Uno de los últimos, de DRACO).

A nuestra llegada a Tehuacan, nos percatamos de la presencia de unos espeleólogos extranjeros (Belgas y de EUA).

William Liebman, espeleólogo muy experimentado y portavoz de los demás extranjeros, se dirigió a nosotros para poder enterarse de las disposiciones que, desde la ciudad de México se giraban.

Un helicóptero de PEMEX sería nuestro próximo transporte y procedimos a cargar parte del equipo, Lorenzo García, jefe del grupo de la Cruz Roja, William Liebman y otros tres elementos, partieron en el primer viaje, no sin antes dejar instrucciones, para organizar los siguientes vuelos, los que tendrían que llevar, por lo menos, un 50 % de elementos mexicanos y el resto de extranjeros.

Entre los integrantes de la Cruz Roja, la UNAM y nosotros de la AME, acordamos, que los demás vuelos, se efectuarían llevando a dos mexicanos y a dos de los extranjeros y el resto de la capacidad del helicóptero, se emplearía en el transporte de equipo. Se les comunicó a los extranjeros nuestro acuerdo, pero el equipo belga, se opuso rotundamente, argumentando que ellos tenían experiencia en rescates y por lo tanto, exigían que en el próximo vuelo, viajaran cuatro belgas. Ante ésta perspectiva y después de una larga discusión, les propuse que el viaje lo efectuaran tres belgas y un mexicano; realizándose de ésta manera, con la desaprobación de los belgas.

El helicóptero nos dejó a unos siete kilómetros de Huahutla, Oaxaca, pues a causa de la neblina no se podía aproximar al lugar del accidente. En cuanto nos reunimos con los del vuelo anterior, Lorenzo García indicó que esperaríamos a los demás y que partiríamos tan luego como colocáramos el equipo en un camión de redilas, el cual fue contratado para trasladarnos hasta San Agustín. En tanto cargábamos el camión, Lorenzo le indicaba a Liebman, las maniobras que se efectuarían, para poder sacar al polaco lesionado de la columna vertebral.

Alrededor de las 16:00 hrs. del mismo día, llegamos al campamento base, instalado en el pueblo de San Agustín, nos enteramos de que el fracturado de la pierna, Jerzy Musiel, en compañía de dos de sus compañeros, salió casi por si mismo y que se le prestó atención médica en el campamento base.

Serían las 23:30 hrs. cuando partió un pequeño grupo de espeleólogos, entre los cuales se encontraba el Dr. Etienne Dégrave. Éste grupo transportaba una camilla, misma que sería empleada para el transporte de Josef (lesionado en la columna). Durante las maniobras de descenso de un tiro fraccionado, Lorenzo García tuvo problemas, por desconocimiento de la técnica de fraccionamiento de tiros, pero fue auxiliado por los extranjeros y por Carlos Lazcano, de la UNAM.

El desconocimiento de ésta técnica por parte de la mayoría de los mexicanos, se manifestó en las improvisadas prácticas que efectuaron en un pequeño tejado, que nos servía de bodega.

Aproximadamente a las 10:00 hrs. de la mañana del martes 19 de febrero, salieron del sótano: Roberto G. Curiel y Ricardo Gómez (SEGEV), los cuales salían del sótano, después de ayudar en la instalación de la línea telefónica, desde la superficie hasta en campamento (interior) dos.

Al medio día, Alejandro Villagómez y yo, emprendimos el camino hacia el sótano. Teníamos que llevan alimentos hasta uno de los campamentos interiores.

Estaríamos a –240 m aproximadamente, cuando nos encontramos con un espeleólogo, Jean Pierre, el cual al parecer, se encontraba extraviado. Continuamos en compañía de Jean hasta llegar al campamento dos a –530 m, tan luego como informamos el motivo de nuestra presencia y hacer entrega de los alimentos, los polacos notificaron por teléfono a la superficie de nuestra presencia.

Tras un breve descanso, se nos indico que continuaremos hasta el lugar del accidente, en donde ayudaríamos, tanto en las maniobras, como de correo, en caso necesario.

Al llegar al lugar indicado, vimos a los belgas colocando “bolts” en la orilla de un tiro, en el fondo del cual, se encontraban; el lesionado Josef, el Dr. Etienne y otros espeleólogos. Nuestra ayuda en esos momentos, fue nula, por un largo rato y no fue sino hasta que iniciaron el izamiento de Josef Cuber, en que ocurrió algo inesperado y que por el problema de los idiomas, tanto Alejandro como yo entendimos el percance, como un accidente mortal, pues por medio de señas y pésimo ingles y español, entendimos que la camilla se había partido a la mitad. Tomando en cuanta, que la lesión, era en la columna vertebral, nuestro ánimo quedó por los suelos, pero algo sí entendimos claramente y eso era que localizáramos a William Liebman (dueño, diseñador y constructor de la camilla) para que fuera al lugar del accidente.

En cuanto llegamos al campamento dos, informamos de lo ocurrido, la gente se aprestó a preparar su equipo, al mismo tiempo y a gran velocidad, regresamos en compañía de Liebman. Poco después nos enteramos que la camilla no se había roto si no que solamente tronó, quedando un poco débil y que Liebman reforzó con cinta “webbing” y al poco rato se continuaron las maniobras de salvamento.

Las maniobras para sacar a Josef, fueron un perfecto acoplamiento de los presentes, en donde, las diferencias de idiomas (polaco, español, francés e inglés) no fueron un obstáculo.

La camilla, siempre contaba con seis personas para transportarla y en cualquier obstáculo, se encontraban más personas, dos de las cuales relevaban a los elementos delanteros, que transportaban la camilla, al llegar al obstáculo, los dos elementos centrales, que transportaban la camilla, éstos tenían sus respectivos relevos y de igual forma ocurría con la tercera pareja. Todo este sistema se repitió hasta una pequeña gatera, en donde, después de ser franqueada por algunos espeleólogos, me acosté boca arriba con la cabeza por delante, para recibir la camilla sobre mi cuerpo y con la ayuda, primero de portadores de la camilla, continuando con mis pies y manos, se pasó a Josef hasta que fue tomado por los elementos que se encontraban del otro lado de la gatera, continuando normalmente hasta el campamento dos.

En el campamento dos, se nos indicó que descansáramos un rato para poder continuar posteriormente.

Antes de continuar, el Dr. Etienne verificó el estado de Josef y le indicó a Alejandro V. que sostuviera el suero, al poco rato yo tomé el lugar de Alejandro, hasta que el Dr. Etienne me indicó que mantuviera el suero en alto, durante el traslado del lesionado. Esta fue una modificación al sistema anterior, pues ya no eran seis personas reemplazables, las que estarían al lado de Josef, sino que se agregaba una persona semi fija, transportando el suero.

Con el sistema de seis personas móviles y una semi fija, se continuó hasta llegar a una posa, de unos seis metros de largo, al final de la cual, continuaba una escalada de unos tres metros. Este obstáculo, fue salvado por los espeleólogos metidos en la poza, con el agua a la altura del pecho, y pasando la camilla por sobre sus cabezas. El suero, en esta ocasión, fue colocado en el pecho de Josef, el cual sostenía el suero con sus manos. A partir de ese momento y en adelante, ese fue el lugar del suero.

El ascenso de la camilla, en los tiros, se efectuaron bajo la dirección de los belgas, quienes personalmente, colocaban los “bolts” y las poleas, en los lugares apropiados, para efectuar las maniobras.

Cuando nos encontramos a –360 m, el cansancio de Lorenzo, Alejandro y el mío era tal, que se nos indicó que fuéramos a la superficie, para descansar y poder ayudar mas adelante. No paso mucho tiempo desde que nos separamos del grupo, cuando los belgas nos dieron alcance y se nos adelantaron al campamento uno, en donde esperarían a los demás.

En la mañana del viernes 22, llegó un camión de la AMCS, procedente de los EUA, en el cual venían espeleólogos capacitados y frescos, para apoyar a los que en esos momentos, se encontraban realizando el salvamento.

Alejandro Villagómez se preparó para seguir ayudando en las maniobras finales, poco después yo me dirigí al sótano, en cuanto pude ver la entrada del sótano, quedé maravillado del colorido de las vestimentas que lucían un gran número de socorristas, prestos a ayudar a transportar la camilla, en cuanto ésta, estuviera fuera del sótano. Pero claro que algunos se aventuraron a descender la primera rampa, otros mas intrépidos se internaron más y así fueron testigos de los esfuerzos realizados por los espeleólogos extranjeros y los elementos del mini grupo de espeleología de la UNAM, los cuales eran relevados por los norteamericanos.

Al percatarme de la inutilidad de mi presencia, opté por regresar al campamento base, desde donde, después de corto tiempo, pude admirar la peregrinación que se disputaba a brazo partido (muchos querían salir en la foto), el “honor” de transportar la camilla hasta el helicóptero de PEMEX, en que seria transportado Josef Cuber, hasta un hospital en la ciudad de México...



PARTICIPANTES:

Sociedad de Exploraciones Geográficas, Eduardo Villarreal” México.
Grupo de Espeleología de la UNAM. México.
Grupo DRACO. México.
Expediciones Espeleológicas de Polonia. Polonia.
Agrupación Espeleo Alpina Belga. Bélgica.
Socorro Alpino de México. México.
Agrupación Espeleo Campista México.
Escuela de Montaña, Cruz Roja Mexicana, Del. Naucalpan. México.
Asociación Mexicana de Espeleología. (AME). México.
Asociación para el Estudio de Cuevas Mexicanas (AMCS). EUA.

Las acciones conjuntas fueron satisfactorias, en relación al resultado, que fue, el sacar con vida al accidentado.

La respuesta de los mexicanos fue mucho mayor de lo esperado por los extranjeros.


Fuente de consulta:
José Montiel Castro. Accidente en el Sótano de San Agustín, Oaxaca, febrero 1980. Revista DRACO N° 3, noviembre 1983. México, D.F.



A F E C T U O S A M E N T E



MONTIEL

ASOCIACIÓN BASE DRACO

(Fundada el 26 agosto 1973)
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martes, 13 de noviembre de 2007

A.B. DRACO - Espeleo Rescate Mexico - Exploracion - Investigacion.


Actividades de la Asociación Base Draco - Espeleo rescate México - Exploración - Investigación y sus secciones: Tlallampa, S.E.I., R.E.T.A. y A.E.T.A.

Fundada el 26 de agosto de 1973, tratando en éste espacio, temas espeleológicos y afines, como: La exploración, la investigación, la capacitación, el espeleo rescate, Registro de Cuevas de México, etc.

SUEÑO O REALIDAD.
Todos nacemos sin ropa, crecemos y adoptamos emblemas nacionales, estatales, religiosos, grupales, etcétera.Cuando de rescate se trata, la "camiseta" ha pesado más que la víctima. En la S.E.I. quisiéramos que nadie se quite su "camiseta", pero, que se actúe como lo que somos, ante todo somos seres humanos.
(MONTIEL)

(A la naturaleza... Respeto, Admiración y Lealtad)